Tumba de Francisco y de su esposa, María Teresa (Viena, Austria)

10 months ago
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Tumba de Francisco y de su esposa, María Teresa.

Francisco Esteban de Lorena y Borbón-Orleans (en alemán Franz Stephan von Lothringen; Nancy, Francia, 8 de diciembre de 1708 - Innsbruck, Austria, 18 de agosto de 1765), también conocido como Francisco III de Lorena y luego como Francisco I, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, duque de Lorena y gran duque de Toscana. Francisco Esteban permaneció en la corte austriaca hasta 1729, cuando ascendió al trono de Lorena, pero el compromiso con María Teresa solo se oficializó el 31 de enero de 1736, durante la Guerra de Sucesión polaca.

Luis XV de Francia le exigió a Francisco que entregara el ducado de Lorena como compensación a su suegro, Estanislao I, que había sido depuesto. El padre de María Teresa obligó a Francisco a que renunciase a sus derechos sobre el ducado de Lorena, diciéndole: «Sin renuncia, no hay archiduquesa». Francisco recibió el gran ducado de Toscana tras la muerte sin herederos del gran duque Gian Gastone de Medici. La ceremonia dela boda se celebró el 12 de febrero de 1736. El amor de María Teresa por Francisco era fuerte y posesivo. Las cartas que ella le envió poco antes dela boda expresaban sus ansias por verle; mientras que las de él. al contrario. eran formales. María Teresa era extremadamente celosa y la infidelidad del marido fue su mayor problema durante el matrimonio.

Gracias a su esposa, María Teresa archiduquesa de Austria y reina de Bohemia y Hungría, fue elegido emperador Francisco I del Sacro Imperio Romano Germánico a la muerte de Carlos VII (1745).

Francisco Esteban fue un hombre perezoso, sofisticado, acorde con los gustos de su época, y profundamente enamorado de su tierra natal, Lorena. Asimismo era un mujeriego empedernido, algo que su esposa, María Teresa, le disculpó, sin poner reparos nunca a que su esposo tuviese amantes.

Francisco era encantador a ojos de la Corte vienesa. Indulgente y amoroso con sus hijos y afable fuera de los actos ceremoniales, su presencia era una relajación para los austeros usos de los Habsburgo, que decidió cambiar junto con su esposa, empezando por el desuso de la tétrica vestimenta negra que tanto se había estilado en España. Hombre culto y refinado, poseía una valiosísima biblioteca, mandó instalar un zoológico en el palacio imperial y también un jardín botánico.

Su actuación política fue de poca importancia, ya que la dirección del gobierno y la política del Imperio estaban principalmente a cargo de su esposa María Teresa I. Cabría quizá resaltar el interés que mostró en temas económicos.

La relación entre ambos siempre fue espléndida y se profesaron un profundo amor conyugal. Cuando Francisco Esteban murió (a causa de una apoplejía), María Teresa se cortó su larga melena rubia - de la que tan orgullosa estaba- y vistió un luto que mantendría hasta el fin de sus días, en recuerdo de su sposo. Al morir, María Teresa fue enterrada junto a él, en un enorme sarcófago donde sus restos reposan.

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